La elección entre emplear a una persona como empleada interna o externa dependerá de las necesidades específicas de cada hogar y de las preferencias del empleador. Ambas opciones tienen ventajas y desventajas que deben ser consideradas antes de tomar una decisión.
Una empleada interna vive en la casa de la familia empleadora y está disponible para trabajar en todo momento. Esto significa que puede ser útil para familias que tienen necesidades de cuidado de niños o de personas mayores durante toda la noche o para hogares con altos estándares de limpieza que necesitan atención constante. Además, la empleada interna suele tener una mayor integración en el hogar y puede establecer relaciones más estrechas con la familia, lo que puede ser beneficioso para algunas familias.
Por otro lado, una empleada externa trabaja durante el día y no vive en la casa de la familia empleadora. Esto significa que puede ser más adecuada para familias que necesitan ayuda en momentos específicos del día o para hogares que no tienen espacio para alojar a una persona adicional. También puede ser más fácil establecer límites claros entre el trabajo y la vida privada de la familia, lo que puede ser beneficioso para algunas familias.
En última instancia, la decisión de emplear a una persona como empleada interna o externa dependerá de las necesidades específicas de cada hogar y de las preferencias del empleador. Es importante tener en cuenta que cada opción tiene sus propias ventajas y desventajas, y se debe considerar cuidadosamente antes de tomar una decisión.